El reencuentro en Nacaome
Acepté la invitación a Nacaome y fui muy bien recibido. Carlos y varios amigos me recogieron del autobús y me presentaron su ciudad, su universidad y la vida en Nacaome. Todo junto reforzó la impresión que tuve durante todo mi tiempo en Honduras: encuentros sinceros, cordiales y amistosos, en todas partes. La despedida fue dolorosa y acompañada de la pregunta: ¿Cuándo vuelves? Tuve la tentación de ordenar la línea de tiempo de mi vida y respondí: ¡Pronto!
¡En el camino a Nicaragua, la profecía se hizo realidad!